Te veo ahí acostado… muy cerca de mí. Y yo te observo dormir…
tenes los ojos cerrados… tenes una paz en tu interior que me gustaría estar con
vos así toda mi vida… pero sé que llego él día… que llego la hora… Me levanto
con cuidado para no despertarte… ni molestarte… me acerco a tu escritorio…
encuentro una hoja y una lapicera. Mi única forma de despedirme es esta… te
escribo todo lo que no puedo decirte enfrente tuyo… porque se me rompería el alma
y se que de esta forma nunca me dejarías o me perdonarías… pero ambos sabemos
que llego el tiempo… no existe una explicación... tampoco hay un porque… solo
se… sabemos que es hora de partir… es hora de seguir caminos distintos… pero
por ultimo escribo… SÉ QUE TE TENGO QUE
DEJAR IR... Y VOS TAMBÍEN TENES QUE DEJARME IR.
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