Pasaron varios años y Cristal tenía edad para ir a recorrer y conocer nuevos lugares; aunque los padres de ella muy convencidos no estaban, al enterarse que la perra viajaría con ella, cedieron. Luna era fuerte y valiente… sabiá cómo defender a su dueña ante alguien que la quiera lastimar.
Al día siguiente, partieron la chica y su mascota, a descubrir nuevos paraderos. Tardaron tanto en volver, que su padre ya estaba acostumbrado a ir como todas las mañanas al mercado, y volver viendo a su esposa cocinando, triste por extrañar a su hijita; pero ese jueves (bien temprano) fue diferente. Al abrir la puerta, encontró a Cristal sentada en el sillón con su madre, con caras tristes. Había una mala noticia para el padre.
Esa noche, Cristal estaba afuera sentada en el césped, mirando el cielo, con ojos llenos de lágrimas. Su mamá se le acercó y le susurró “Cuando la extrañes mira a la luna y piensa en sus ojos… y recuerda en el primer día en que la conociste… aunque se haya ido nunca se ira de tu corazón”. Gran consejo le dio. De ahí en adelante, la chica no se va a dormir, sin antes mirar la luna y pensar en su perra, en su mirada… nunca más olvido a su querida amiga.
Hoy estuve medio nostálgica, y aproveché para escribir éste cuentito. No tiene un final feliz, pero me pareció una tierna historia. ¿y a ustedes, lectores? ¿Les gusto?
4 comentarios:
Aiss, la nostalgia! Yo siempre la tengo presente! Me encanta la foto!
:'( La verdad es tierna^^ me hice acordar de mi perrita :(
me encanto! es super tierna, y obvio que me hizo acordar a mi perro, mi fiel compañero desde que nací:( y recorde lo mucho que lo extraño:'(
hermosa entrada, un beso!
Que bella entrada, cada letra que leía me hacia recordar a mi perro que ya no esta mas acompañándome..
http://crazyy-worldd.blogspot.com/
Publicar un comentario